miércoles, 13 de agosto de 2008

Brígida Rosselli de Fossati.

La “abuela Brígida”, como le decían con cariño sus nietos y nietas, fue un mojón fundamental en la historia de su rama de la familia.

Había nacido en Flores, hija de un matrimonio de inmigrantes italianos -don Francisco Rosselli y doña Josefa Merlo- asentados en los pagos del Curupí. De muy joven fue la musa inspiradora de las poesías de Pablo Fossati, con quien se casaría, en la iglesia de la Santísima Trinidad, de su pago natal, el 29 de octubre de 1882.

Se trasladó entonces a Montevideo, donde el novel matrimonio formó un hogar modesto, en la calle Misiones de la ciudad vieja. En él nacerían sus dos hijos varones: Leonidas (en 1883) y Américo (en 1886).

Pablo, que llegó a adquirir una gran cultura literaria, era -según palabras escritas por su nieta Alicia- “más lírico que práctico”; Brígida, “gran mujer, de mucho carácter, era el verdadero sostén de la familia”. Cosía “para afuera”, para colaborar en la economía familiar y mientras lo hacía, instalaba –uno a cada lado suyo- a sus dos hijos, para supervisar muy de cerca sus horas de estudio. Siempre según su nieta, "Américo le daba menos trabajo", pero ésta puede ser una opinión sesgada por el cariño.

Tuvo la alegría de verles culminar a ambos sus estudios universitarios, Leonidas como abogado y Américo como médico. Vió casar a sus hijos y conoció a todos sus 11 nietos, pasando entonces a ser la abuela, compañera de todos sus juegos y paseos, confidente de sus problemas, frecuente consejera y hasta chaperona en sus primeras salidas de noviazgo.

Sus bisnietos no llegamos a conocerla –falleció en 1936- pero hasta muchos años después era un personaje siempre presente en las conversaciones familiares.

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