lunes, 4 de agosto de 2008

El último de los Fossati Arnelli.

Luis Fossati Arnelli fue el último de los tres hijos de Magdalena Arnelli con Leonardo Fossati Botta. Pablo había nacido en 1857; Antonio, el penúltimo, el que se haría rochense, había nacido en 1860 y tres años más tarde llegó Luis, el 27 de junio de 1863.

Por mucho tiempo pensamos que había ido a establecerse en Buenos Aires. De hecho encontramos en el registro de inmigraciones de la República Argentina la entrada de un Fossati /Arnelli y dada la rareza de este último apellido (hoy sólo quedan una 60 familias Arnelli en Italia), dábamos por seguro que era alguien de nuestra estirpe de Rocchetta, que pudiera haber sido el origen de primos argentinos.

Sin embargo, no fue así. La exhaustiva investigación que emprendió Enrique Fossati Introzzi en todos los registros del País, permitió dar con el acta de defunción del joven Luis Fossati.

“En Montevideo el 4 de enero de 1895, a las cinco de la tarde y en la casa de la calle Andes nº 227, ha fallecido Luis Fossati de nacionalidad oriental, nacido en esta ciudad, de treinta y un años de edad, de estado soltero y de profesión empleado, a consecuencia de uremia según consta en el certificado del Dr. Luis P. Bottaro que queda archivado.”

Curiosamente, el entonces joven médico Luis Bottaro era el mismo “viejo” Bottaro –como le decía nuestra madre- que años más tarde sería socio de nuestro abuelo, Américo Fossati Rosselli, en el sanatorio Uruguay y asistiría a muchos otros Fossati en sus nacimientos.

Continúa la referida acta: “El finado era hijo legítimo de Don Leonardo Fossati, 62 años, viudo, italiano, comerciante, domiciliado en la misma casa; y de Doña Magdalena Arnelli, italiana, finada; abuelos paternos Pedro Fossati y Catalina Botta; maternos: Bernardo Arnelli y Victoria Pisano, todos italianos y finados.”

Uno de los dos declarantes ante “el Juez de Paz de la 4ª sección de la capital, Don Pablo Pareja”, que firma al pie del acta, fue Leonardo Fossati Rosselli, sobrino del occiso, domiciliado en Andes 289, empleado (y futuro Comandante de Aparicio), que entonces con 17 años y siguiendo la tradición de su padre, estaba ya dando sus primeros pasos en la actividad política.

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