lunes, 20 de octubre de 2008

Los Fossati en las profesiones de la salud (II).

Escribe la Dra. Ana María Fossatti Pons, de los Fossatti de Paysandú, descendientes de Carlo Fossati, llegado al País desde Cosseria:

Nací el 25/7/1931 en Paysandú. Mi padre era comerciante y mi madre modista. Mis abuelos y tíos vivían en la misma cuadra. Una familia muy unida de origen italiano. Fui a la escuela pública y al liceo departamental. Cuándo tenía 15 años murió mi madre. Siempre quise estudiar medicina, contra la opinión de mis tías, la mayoría maestras, que me aconsejaban quedarme en Paysandú y estudiar magisterio. En 1950 viajé a Montevideo y entré en la facultad de Medicina. Viví primero en casa de mi tío Héctor, pediatra y luego en una residencia estudiantil.

A los 20 años me convertí al catolicismo e hice mi primera comunión.
Mientras estudiaba fui ayudante de clase, primero en Histología y en 1955 en el servicio de cirugía del Prof. Eduardo Palma. En 1956 obtuve una beca y viajé a España a la Clínica de la Concepción del Dr. Jiménez Díaz. Retorné en el 59 a Montevideo y me recibí de médica. Volví a Europa en el año 1962 y en 1963-64 estudié y trabajé en Lovaina, Bélgica, en el Hospital Universitario Saint Pierre, donde daba clases de lenguas.

En esa época comencé a perder la audición del oído derecho y se me diagnosticó un neurinoma del acústico. Volví a Madrid a operarme en la clínica de la Concepción donde tenía muchos amigos. Como consecuencia de la operación quedé con una parálisis facial que fue luego corregida con un injerto de hipogloso, operación experimental ideada por un alumno de Ramón y Cajal que me la practicó en el hospital Universitario de Madrid.


Pensaba no regresar a Uruguay, pero cierto día, en una peluquería de una venezolana en la calle María de Molina, Madrid, me enteré que los uruguayos se iban del país porque había una gran crisis económica y resolví regresar. Me presenté a concursos en Salud Pública, en la Universidad, en Secundaria donde ejercí la docencia hasta los años 80 y finalmente en la Seguridad Social. Fue entonces que hice una investigación sobre la discapacidad permanente y la rehabilitación profesional y fundé Monami (Movimiento de recuperación del minusválido).

Cuando cumplí 50 años resolví hacer una experiencia monástica y durante 4 años estuve en el Carmelo de Montevideo estudiando la vida de los místicos y aprendiendo a orar. En 1985 volví a la vida activa y me centré en la rehabilitación comunitaria y en hacer que en nuestro país se cumplan los normas de las Naciones Unidas en materia de igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad. Con esta finalidad organicé y animé varias instituciones, Monami, GLARP (capítulo uruguayo del Grupo Latinoamericano de Rehabilitación Profesional), Redespecial, Frater (Fraternidad cristiana de enfermos y personas con discapacidad) y últimamente IRISSC (Instituto de Rehabilitación Sico Social Comunitaria).

Espero seguir en esta lucha mientras Dios me dé salud y vida.

FOTO: La Dra. Ana María Fossatti entre la Profesora de Pediatría, Dra. Irma Gentile Ramos y el Dr. Guillermo Fossati Benenati

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