domingo, 5 de octubre de 2008

Alicia Fossati Benenati de Gómez Eirín.

La hija mayor de los que serían seis hermanos Fossati Benenati y en definitiva la única mujer de ellos, nació el 28 de abril de 1912 y fue inscripta y bautizada como Alicia María, pero siempre fue para toda su familia y amistades, primero Pochita y luego Pocha. Se educó en el colegio de las Hermanas Adoratrices, de la calle Mercedes, completando sus estudios secundarios con el aprendizaje del piano y de algunas manualidades que le serían de gran utilidad en etapas ulteriores de su vida.

Tenía una gran admiración por su padre, del que fue durante su adolescencia y juventud una suerte de secretaria vocacional. Al regresar el mismo de sus jornadas quirúrgicas, le dictaba las descripciones operatorias, que ella transcribía prolijamente en los libros que se llevaban a esos efectos y hasta muchos años después, era capaz de recitar de memoria aquellos procedimientos que se realizaban siguiendo una secuencia ordenada de acciones, siempre constantes.

Su contacto con su padre y tres hermanos médicos, la convirtieron en una "médica" más, lo que la llevaría posteriormente, adelantándose a los modernos conceptos de medicina preventiva, a darle a todos sus hijos, por indicación propia, larguísimas series de inyecciones de "calcio" y "vitaminas", año a año, para criarlos más sanos y fuertes.

Se ennovió muy joven con Carlos Gómez Eirín (foto) (Carlitos o Carlín para sus amigos), con quien se casó el 9 de noviembre de 1936 y con quien tuvo 4 hijos: Alicia, Carlos, Jorge y José Luis. Fue una madre ejemplar, no sólo para sus hijos, sino también para sus hermanos menores, que al fallecer sus padres tempranamente, pasaron a vivir con su hermana y su familia, convirtiéndose en una suerte de hermanos mayores para los Gómez Fossati. Pocha fue, como decía muy recientemente Enrique Fossati, “el centro de los Fossati Benenati y toda su familia”, y un apoyo permanente para todos lo que lo necesitaban.

Católica devota, mantuvo siempre una gran vinculación con las actividades de su parroquia y fue una activa integrante de los grupos de reflexión teológica de la misma. Dedicó además buenos esfuerzos a la obra parroquial “Pro Mejores Viviendas”, fundada por Adela Varela de Pollak, que procuraba facilitar el acceso a la vivienda propia a familias de escasos recursos, brindándoles los materiales y el asesoramiento necesario para construirla, con la única garantía de su palabra de honor de ir reintegrando lo aportado -en función de sus posibilidades- para que otras familias pudieran acceder al sistema. Presidió la obra al retirarse su fundadora y trabajó intensamente como artesana en cuero y madera para aportar objetos a la "boutique de ProMejores" que funcionaba en un anexo a la casa parroquial, para recolectar fondos para la obra.

Llegó a ser abuela de 16 nietos y conoció a 7 de sus actuales 25 bisnietos. Falleció poco después de cumplir sus 85 años, el 27 de julio de 1997.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Carlitos Gómez Eirín, mi cuñado, fue una figura en nuestra casa. Su noviazgo con Pocha duró unos nueve años y yo era con frecuencia el terrible “chaperón” de esa pareja. Carlitos me enseñó muchas cosas, pero voy a destacar dos especialmente importantes y muy diferentes. Me enseñó a golpear con el martillo la punta de los clavos pequeños para no rajar la madera (parece poco pero es mucho) y algo fundamental en toda mi vida de Médico y siempre presente en mis enseñanzas: lo ortodoxo no es siempre correcto en el pronóstico de la evolución de una enfermedad, una enfermedad mortal a corto plazo puede permitir una muy larga vida.

Anónimo dijo...

MUY buena la nota, me gustó , y aparte de todo era mi MADRINA, en eso tuve mucha suerte y es uno de mis “orgullos”